KUYÉN EN ADOPCIÓN
- Eva Prado
- 25 sept 2014
- 2 Min. de lectura
Hoy me han dicho varias veces lo difícil que va a ser que te adopten... Hoy me han hablado de un peixiño ciego que llegó siendo un cachorro a una Protectora y cuando salió fue para irse al Cielo de los Peixiño siendo ya un viejito... Hoy incluso me han intentado convencer de que los peixiños como tú no tienen suerte... Pero tb me han recordado que para amar no hace falta ver, sólo sentir... Y a ti te sobra sentimiento. ¿Cómo puede alguien decirme que tú, mi gran Kayen, no tendrás suerte si yo creo que el afortunado, en esta historia, será quien te conozca? Tú no has crecido en una protectora de animales... Tú tenías una familia!!... Y de repente un día, hace ya más de 3 años, te encontraste en un lugar que no conocías, tropezándote con todo y sin entender nada... ¡Y lo fácil habría sido rendirte! Posiblemente todos los presentes hace tiempo que lo habríamos hecho... ¡Pero tú no! Tú seguiste adelante como lo hacen los valientes... Hasta que un día te miré y vi en tus ojos la luna llena... Y supe que no podía dejarte quedar allí... La luna llena, esa bajo la que los enamorados se sienten seguros, esa que tiene un poder mágico... Me hizo volver a buscarte. Y creí que te costaría adaptarte a esta nueva vida pero no!! Además de tu valentía enseguida nos enseñaste la tremenda capacidad de adaptación que tienes. ¡Grande Kuyén! Pero lo que más me sorprendió, por encima de todo, fue la capacidad de AMAR que tienes, peixiño... Verte buscándome aunque sólo salga del coche para abrirte la puerta y empaparme de esa tranquilidad, esa felicidad que sientes al darte cuenta de que sigo aquí... Es indescriptible!! Kuyén no tiene ojitos... En su sitio se instaló la Luna... Luna que brilla por la luz que le trasmite el Sol... Y así mismo es que Kuyén brilla con el amor de las personas... Kuyén no tiene ojitos... Pero tiene alma!! Y ese alma tan buena le hace ver más allá de lo que vemos los demás. Porque a él no le hace falta ver para subirse a tus piernas, caminar con la correa por el centro de Vigo, seguirte por la casa o llamarte si no consigue encontrarte... Kuyén no tiene ojitos ¡ni tampoco dientes! Pero tiene la sonrisa más bonita que habrás visto en toda tu vida... Porque Kuyén sonríe desde el alma cuando le acaricias o cuando se da cuenta de que ese plato de comida rica es para él... ¡Y te hace sentir tan bien! Porque Kuyén es amor, agradecimiento, serenidad, superación, dulzura, nobleza, cariño, fidelidad... Y VALIA! Sobre todo Valía!! No se te ocurra tildarlo de minusválido porque él se ha ganado un puesto en el podium de los muy válidos. No menosprecies su valía!! Has estado tres años en una protectora de animales y decimos que el ciego eres tú... No peixiño... En esta historia los ciegos son los que no han visto todavía tu luz... Esa luz que consigue traspasar el alma.

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