YAMILA, LA PEIXIÑA HERMOSA

Hola! Pasaba por aquí y quería presentarme... Me llamo Yamila... Desde hace unos días me llamo así... Y me gusta ese nombre!!... No recuerdo siquiera si antes me llamaban de otra manera pero ahora cuando escucho ese nombre corro a junto de mi amiga para hacerle saber que estoy bien... Porque ahora estoy bien... ¿Sabes? yo tb estaba en aquel agujero... Yo tb pasé frío y hambre... A mis cachorros no les faltó de nada... Me tenían a mi para protegerlos pero... ¿quién me protegía a mi?... Me sentí tan sola... Tenía tanto miedo... Aquella mañana salimos a pasear y yo me acosté como hacía siempre en el asiento del coche, sin dar la lata, como la peixiña educada que soy... Salí feliz!! Monte para correr!!!... Pero cuando me di la vuelta ellos se estaban yendo... Aquel coche en el que yo me sentaba como una señorita se alejaba de mi... Y yo no podía correr mucho... Mis bebés pesaban ya demasiado para hacerlo... Esa noche, mientras la lluvia empapaba mi piel me senté a esperarlos, allí donde los había visto por última vez... Los llamé... Los llamé tan fuerte... Pero al final mis llamados se convirtieron en llanto... Un llanto desesperado porque comprendí que no volverían por mi... Me había quedado tan sola...Prometí entonces no volver a confiar en las personas... Esas que un día te ofrecen un sofá y otro te dejan sola bajo la lluvia y crié a mis hijos en el lugar más seguro que encontré... Allí conocí a mucha gente que parecía amigable pero yo tenía tanto miedo... MIedo a confiar... Miedo a volver a sentir miedo... Que no dejé que se me acercasen...Aquella tarde aprovechándose de mi hambre consiguieron atraparme y conmigo a uno de mis bebés... ¡Dios! Ayúdanos!... Ayudanos a encontrar unas manos que nos protejan... Ayudanos a volver a confiar...Y nos llevaron a una casa donde un millón de peixiños me saludaron con besos y me dijeron que no pasaba nada... Se les veía felices!!!... Y un montón de gatos vinieron a darnos calor allí donde nos tumbaron... Y volví a creer... Y volví a mover la cola... Y sentí que estaba a salvo... Y con un beso sellé un pacto de confianza con aquella que era ahora mi amiga...Ahora tengo a mis bebés conmigo y ya no tengo frio... ni estoy mojada... El sofá es mi templo y los peixiños mis amigos...A veces tan sólo hay que imaginar... A veces tan sólo es cuestión de confiar... Gracias!! Gracias por ayudarme a volver a sentirme como una princesa...